Es evidente que entre mascota y dueño siempre acaba por forjarse una relación muy especial.
Tener un animal de compañía muchas veces al principio es un simple capricho pero, a medida que va pasando el tiempo, se va desarrollando una convivencia cada vez más estrecha. Tanto, que en muchas ocasiones llega a convertirse en un miembro más de la familia.
Nuestra mente se resiste a admitir con lógica el hecho de que algunas mascotas puedan tener ciertos 'poderes' no probados científicamente, pero no por ello menos reales y sorprendentes. Nos referimos a aspectos tan poco conocidos como la telepatía o la anticipación y, en resumen, al sexto sentido de nuestros animales.
A lo largo de la historia, se han dado numerosos casos de perros que han logrado recorrer miles de kilómetros para reencontrarse con su amo después de haberse perdido.
También existen gatos que predicen la llegada de sus dueños muchas horas antes de que éstos hayan emprendido su vuelta a casa. ¿Qué tiene que decir ante estos casos la investigación científica? Seguramente, que aún no se tienen las pruebas suficientes para alumbrar una teoría definitiva acerca de este tema aunque, eso sí, las evidencias son numerosísimas
Conductas anticipatorias, los etólogos opinan
Algunos ejemplos famosos nos dejan verdaderamente perplejos, y no sólo a nosotros, sino también a la comprensión científica. La comunidad investigadora compuesta por etólogos, veterinarios, naturalistas y demás estudiosos del mundo animal, han demostrado a través de numerosos ejemplos y algún que otro estudio, la existencia de conductas anticipatorias.
Uno de los científicos que más ha desarrollado estos experimentos es Rupert Sheldrake, que estudió Filosofía en Harvard y naturismo en Cambridge. Según Sheldrake, estas conductas anticipatorias podrían tener relación con capacidades extrasensoriales como, por ejemplo, la telepatía.
Algunos de los casos recogidos por este investigador son verdaderamente increíbles. La dueña de 'Jackson', un perro de Virginia (EE.UU), estaba casada con un capitán de barco que pasaba mucho tiempo fuera del hogar. La vuelta a casa del amo de 'Jackson' era imprevisible pero, gracias a la mascota, la mujer sabía perfectamente cuándo atracaba el barco de su marido en el muelle. La advertencia llegaba en forma de ladridos continuos por parte del perro, el cual se mostraba más nervioso y excitado de lo habitual; salía de la casa y se colocaba a pie de carretera mirando en dirección al lugar por donde siempre aparecía el coche de su amo.
Estas conductas anticipatorias observadas en numerosísimos casos han establecido una pauta: la mascota comienza a actuar de forma diferente justo en el momento que se emprende la vuelta a casa de su dueño. Si el responsable del animal de compañía emprende su regreso en coche a 10 kilómetros de distancia de su hogar, el perro o el gato reaccionarán justo cuando el automóvil comience a andar, mientras que si de lo que se trata es de un vuelo en avión de varias horas, el estado de alerta de la mascota arranca justo con el despegue del avión, aunque éste se encuentre a varios miles de kilómetros.
Vínculos post-mortem
Pero si existe un caso que revolucionó radicalmente la investigación etológica, fue el de un pastor escocés que vivía en Moscú. El dueño de este perro sufrió una enfermedad y estuvo convaleciente unas semanas para, posteriormente, fallecer. En todo este tiempo, la mascota se mantuvo fiel, velando después el cuerpo sin vida de su amo. La tristeza marcó tanto a este can que, sin poder soportarlo, se impulsó desde el regazo del cadáver y se suicidó tirándose por la ventana.
Otro ejemplo sorprendente que nos demuestra la fidelidad canina es el de 'Joe'. El poder especial de este perro se demostró cuando su dueña perdió a su marido por motivos de enfermedad. El animal se escapó de casa al mes de la muerte de su amo pero la sorpresa vino cuando la viuda acudió al cementerio y encontró a 'Joe' sobre la lápida de su amado dueño. Lo sorprendente es que el perro no había ido nunca a dicho cementerio y, además, no había vuelto a ver a su amo desde que éste fuera ingresado en el hospital.
Nos comprenden
El vínculo emocional existente entre animal y dueño es más grande de lo que podemos imaginar. Los investigadores han llegado a decir incluso que los animales de compañía nos comprenden y entienden nuestras emociones y estados de ánimo, es decir, son capaces de captar nuestros sentimientos. Muchos adiestradores consiguen que un perro sea capaz de ejecutar órdenes sin ni siquiera pronunciarlas, ya que la mente de muchos animales puede percibir nuestros pensamientos si nos basamos en experiencias documentadas. De hecho, existen terapias con animales.
No en vano, a veces, un animal que ha convivido con nosotros puede llegar a ser más noble que cualquier otra persona de nuestro entorno. Esto se explica gracias a la existencia de un sentimiento empático muy desarrollado; para nuestra mascota, nosotros somos sus cuidadores, los que le alimentamos, les damos cariño y comprensión, de ahí que se sientan agradecidos y nos lo demuestren con gestos y con miradas llenas de ternura.
Animales que detectan fantasmas
En ocasiones vemos animales como perros y gatos que se quedan ladrando o aullando a un punto fijo en la nada. Dicen que los animales tienen un sexto sentido, un sentido que les permite ver o percibir la presencia de seres espectrales, detectar si un fantasma está en una habitación y desde luego su compañía no les gusta.
En una noche tranquila donde no se oye ningún ruido, ni parece haber ningún movimiento, de repente nuestro gato echa las orejas planas, hacia atrás, con las pupilas dilatadas, el dorso arqueado, el pelo erizado, moviendo el rabo, soplando, y mirando fijamente en dirección de aparentemente nada. Aterrado, el felino parece prepararse para defenderse ¿Pero de qué? ¿Tal vez puede ver o intuir algo que nosotros no podemos? Y si es así ¿No os parece escalofriante pensar que tiene un miedo tan irracional a lo que está viendo?
La sensibilidad de los animales, especialmente de gatos y perros, hacia los fenómenos paranormales es inquietante. El parapsicólogo norteamericano doctor Robert Morris utilizó animales como «controles» en sus experimentos durante los años sesenta. En una ocasión estuvo estudiando una casa habitada por fantasmas, y concretamente una habitación en la que había ocurrido una tragedia.
Utilizó un perro, un gato, una rata y una serpiente de cascabel:
-«Cuando hice entrar al perro menos de 1 m dentro de la habitación, empezó a gruñir a su dueño y volvió a salir por la puerta. De ningún modo pudimos evitarlo, y además se negó a entrar de nuevo.
-El gato fue introducido en la habitación en brazos de su amo. Cuando llegó a una distancia parecida dentro de la habitación, saltó inmediatamente sobre la espalda del amo, clavándole las uñas; luego saltó al suelo dirigiéndose hacia una silla. Pasó algunos minutos bufando y mirando fijamente una silla vacía situada en una esquina de la habitación, hasta que le sacamos fuera...»
-La serpiente de cascabel adoptó inmediatamente una postura de ataque, dirigida contra la misma silla que había intrigado al gato. Al cabo de un par de minutos giró lentamente la cabeza hacia la ventana, para luego apartar la vista de ella y adoptar de nuevo la posición de ataque al cabo de cinco minutos.
El único animal que no reaccionó fue la rata; sin embargo, al cabo de un rato los cuatro animales fueron examinados en otra habitación de la casa, y allí se comportaron con toda normalidad.
Así que ya sabéis si sentís un escalofrío por vuestra espalda y vuestra mascota se comporta de una modo extraño puede que no estéis tan solos como creíais...
Bueno a todo esto si querréis contarnos un poco vuestras vivencias. ¿alguna vez a veis experimentado algo similar? ¿vuestros bichejos saben cuando llegáis a casa antes siquiera de tocar el timbre? Si tenéis alguna experiencia similar, comentarla.
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