jueves, 24 de julio de 2014

Si tu perro se va corriendo. ¿como debo reaccionar?



Cuando sacamos a pasear a nuestro perro, por lo general y, si está en todos sus cabales de perro va a disfrutar, es un motivo de alegría poder correr, jugar y estar a sus anchas sin limitaciones de muebles o personas que ocupan la casa. Normalmente en las ciudades se debe pasear (en algunas incluso por ley) con correa. Pero no podemos obviar la situación en la que nos encontramos en un parque con mucho terreno para correr y soltamos a nuestro amigo canino.
Pero para poder hacer esto hay que tener claro que la relación dueño-perro está bien forjada y saber que nuestro perro volverá cuando se lo requiramos. Por eso afrontamos hoy el problema que da solución a qué hacer si tu perro sale corriendo y no para por más que le gritemos.


La práctica antes de lanzarnos: antes de lanzarnos a probar si nuestro can siente tanto afecto y compasión por nosotros como para parar de correr y por antonomasia de disfrutar y volver para que le pongamos su correa y coartemos su rato de juego. Por ello debemos practicar previamente antes de someternos a situaciones realistas.

Es fundamental crear situaciones en las que comprobemos la obediencia y reciprocidad de nuestro perro

Aunque todo sería más fácil si tuviésemos un terreno donde practicar no es la situación que representa a muchos de nosotros que vivimos en ciudades. Sin embargo, lo importante es ir poco a poco forjando una relación de obediencia independientemente de las circunstancias. Si ante situaciones con diferentes variantes, contextos y lugares nuestro perro nos continúa haciendo caso cuando le llamamos y además le notamos concentrado, pendiente de nosotros y en sintonía con nuestros movimientos y no le percibimos distraído, nervioso e inconsciente, es que la cosa funciona y se está creando una buena dinámica de trabajo entre ambos.


Por todas estas necesidades que vemos es por lo que no podemos pretender que nuestro perro nos haga caso en la calle con muchos estímulos diferentes si en casa come cuando quiere, no nos presta atención, se sube al sofá siempre que lo desea, etc. En todos los momentos y tiempos se debe corroborar esa relación de liderazgo que luego traspasará cualquier contexto existente.


Para ilustrar esto con ejemplos, lo mejor siempre es comenzar de más a menos, pon estímulos en casa que le atraigan y enséñale que debe volver siempre que se lo digas. Lo importante es perseverar, llamarle con tono de alegría para que te note como su aliado y darle una gran recompensa cada vez que vuelva a tu orden, muchos mimos, caricias, juegos y cada dos veces bien hechas un premio en forma de comida. Si estos entrenamientos que deben ser variados ( para que nuestro perro no se canse) y constantes nos salen cada vez mejor lo cual sabremos porque veremos a nuestro perro cada vez más comprensivo y atento, podremos ir exponiéndolo a situaciones con más dificultades lo cual implica más distracción.


El tono de llamada: El tono de nuestra voz a la hora de relacionarnos con nuestro perro marca la diferencia. Cuando tenemos que reprochar algo es necesario que usemos nuestra voz en su forma grave y seria sin titubeos, mientras que cuando felicitemos debe ser suave, más aguda y tierna. Aunque que nuestro perro salga corriendo no es motivo de alegría lo que nos interesa no es que siga huyendo sino que venga de nuevo a nuestro encuentro y para ello necesita percibirnos como aliados y no como enemigos.


Por eso si sale corriendo más de la cuenta debemos:
  1. Llamarle por su nombre en un tono fuerte y claro
  2. Volver a llamarle con cariño y cierto tono de alegría para incitarle a volver

No salgas corriendo detrás de él: Nunca le vas a alcanzar si sale corriendo, así que si sales corriendo detrás suya lo único que estamos haciendo es incitarle a seguir jugando, él solo va a percibir diversión e intentará correr más que tú o sea que solo nos será contraproducente. Mantente quieto y decidido e incluso puedes girarte y caminar en sentido contrario imponiéndote como líder y decidiendo volver a casa.


Felicita a tu perro cuando vuelva: Es imprescindible que le felicites cuando vuelva a tu lado, si quieres que aprenda que volver contigo es algo positivo y que debe repetirlo es necesario que se sienta valorado cuando ha cumplido con lo que se esperaba de él. En realidad solo tenemos que pensar desde nuestra propia perspectiva, ¿con quién queremos estar? Obviamente con aquellos que nos hacen sentir bien y especiales si cuando estamos pasándolo bien volvemos para que haya una discusión, empezaremos a aborrecer a esa persona y acogeremos con más gusto situaciones de libertad.


Libertad es la que siente un perro cuando corre y juega, para querer volver con nosotros debemos hacerle sentir ese feeling que debe existir para que se forje esa buena relación perro-dueño de la que hablábamos al principio la cual es imposible que exista si solo hay reproches. Si nuestro perro vuelve y le felicitamos sentirá alegría por volver a nuestro lado y aprenderá lo más importante volver cuando le llamamos es positivo.

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