Hoy te pondremos unos ejemplos para que puedas interpretar el ladrido de tu peludo.
Los perros nos transmiten una importante información a través de
la forma en la que ladran.
Los ladridos del perro transmiten diversa información y
pueden ser muy distintos, como: agudos, con gruñidos, espaciados o en forma de
aullido.
Con ellos, el perro transmite su estado de ánimo a sus
congéneres y a su familia humana y, conocerlos ayuda a comprender sus
emociones.
El lobo es menos ladrador que el perro y hay razas que no
ladran, como el Basenji.
Los canes utilizan a menudo el ladrido para asustar a quienes
consideran una amenaza y evitar así el enfrentamiento que puede causar lesiones
a ambas partes.
Es el caso del perro que ladra porque un extraño ha entrado
en el jardín de su casa.
Cuando un perro acompaña el ladrido con gruñidos y muestra
los dientes es que está a punto de pasar a la acción y morder.
Pero, además de avisar y amenazar, un perro también puede
comunicar a través de su voz: euforia o alegría, por ejemplo cuando sus dueños
llegan a casa.
Y lo hará con ladridos cortos y agudos, al tiempo que mueve
la cola de un lado a otro.
La tristeza o la melancolía queda plasmada en la voz del
perro a través de los expresivos aullidos. Puede ser el caso de cuando sus
dueños se van de casa y el animal les echa de menos y espera su llegada con
cierta angustia.
El miedo del perro
Los perros que tienen miedo, también transmiten esa emoción a
través de su forma de ladrar.
Emite un sonido agudo y espaciado, similar al que produce
cuando siente dolor. Pero también encogerá el cuerpo, colocará la cola entre
las patas traseras y echará las orejas hacia atrás. Estas señales corporales
son diferentes cuando el perro siente dolor.
No obstante, el ladrido resulta similar, por lo que si solo
se escucha la voz del perro que siente miedo o dolor es fácil malinterpretar lo
que le ocurre.
Los perros ansiosos ladran de una forma muy particular. Sus
ladridos son agudos y repetitivos, como si pidieran auxilio y quisieran llamar
la atención. Por su parte, el ladrido del perro que padece ansiedad por
separación, se caracteriza por ser grave, pausado e insistente.
A pesar de que el ladrido es uno de los medios sonoros a
través de los que el perro transmite más información, también resulta uno de
los problemas más habituales de los dueños de estos animales en las comunidades
de vecinos por las molestias que acarrea.
No obstante, un perro se puede educar para que ladre más o
menos. Los dueños pueden fomentar o frenar la conducta ladradora de su animal,
con caricias y felicitaciones verbales o con ausencia de refuerzo y premios
cuando no ladra.
Conviene tener en
cuenta que si se fomenta el ladrido del perro como forma de expresar sus necesidades
y emociones, el animal usará y abusará de este recurso oral, lo que se
convertirá en una actitud difícil de reconducir.
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