Embarazo
Psicológico:
El
embarazo psicológico o también llamado pseudo gestación es una delas molestias más
comunes que se presentan en perras que no han sido castradas.
Lo más curioso es
que los síntomas se exteriorizan como si la perra estuviera realmente preñada.
Se les desarrollan las mamas, tienen el vientre abultado, producen leche,
aumenta de peso…
Como
todos los mamíferos, el causante de esta situación es un trastorno en los ovarios que está relacionado
con el ciclo reproductor de la hembra.
Tras la
ovulación aparece en el ovario el cuerpo amarillo que asegura el mantenimiento
de la gestación, cuando no hay fecundación este degenera enseguida. Si no
ocurre esto, la perra se encontrará en condiciones muy parecidas a las que
tendría si se encontrara embarazada, aun sin estarlo.
Una
perra con embarazo psicológico, se muestra nerviosa, puede tener alteraciones
en su apetito, prepara el sitio para el nacimiento de sus cachorros, comienza a
reunir objetos para formar un nido, excava algún agujero en el jardín, o incluso
puede buscar algún sitio donde esconderse. También es frecuente que adopte
algún juguete, cojín o zapatilla, como cachorro, dándole a éste, el mismo
tratamiento cariñoso y protector que daría a su propia cría, inclusive puede
imitar darle alimento, calor y hasta mostrarse agresiva si se le quita ese
objeto.
Ahora
bien, ya sabemos cuáles son los síntomas de un embarazo psicológico, pero, ¿qué
podemos hacer para evitar este trance por el que pasan las perras y sus dueños?
Se dice que dejando que la perra quede embarazada de verdad la situación no
volverá a repetirse, cosa que es del todo falsa. Lo cierto es que lo más
aconsejable es la extirpación quirúrgica de los ovarios.
Y es
que los frecuentes embarazos psicológicos, pueden ocasionar que estas perras
sean proclives a sufrir una infección intrauterina, denominada piómetra, que no
es más que la infección del útero, lo cual conlleva a la necesaria extracción
del mismo, cuando es atacado a tiempo, pues en caso contrario, ocasiona la
muerte del animal en la mayoría de los casos.
La
piómetra es más frecuente en las hembras mayores de cinco años, y aparece tras
un período de celo. Esta se revela por la pérdida del apetito, aumento de sed,
de orina y además vómitos después de beber. Si no es tratada a tiempo, la perra
se va debilitando, aumenta el tamaño de su abdomen, y se producen derrames de
pus por la vulva. Por lo general, al llegar a este estado, ya es necesaria la
intervención quirúrgica, para salvar la vida de la perra. Además, la
extirpación de los ovarios también disminuirá el riesgo de aparición de tumores
mamarios.
Así que
los embarazos psicológicos no deben ser descuidados, o tomados como una
“excentricidad” de la perra, al contrario, deben ser controlados con cuidado,
aconsejo siempre acudir al veterinario,
él nos dirá que hacer y siempre es la opinión es un especialista.
Por
otro lado si eres de los que no vas al veterinario por “x” motivos, puedes
seguir estos consejos caseros.
1. Quitar todos los juguetes y
objetos que la perra pueda apoderarse de ellos y crea que es su cachorro.
2. Alcohol alcanforado mojando una
gasa y frotar las tetillas.
3. Tortilla de huevo y perejil.
4. Jamás estimular las mamas
ordeñando al perro.
5. Capsulas de hojas de frambuesa.
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