Problemas psicológicos en
perros, sus síntomas y posibles soluciones.
Depresión, ansiedad, traumas vitales o fobias
son algunas de las causas que pueden poner en riesgo la salud psicológica del
perro.
Los
animales pueden deprimirse, sufrir ansiedad, padecer fobias o tener problemas
de conducta, que les impiden convivir con normalidad en su entorno. Cada perro
es un ser único e irrepetible. Su personalidad depende de su carga genética, de
las peculiaridades de su raza y del trato y educación que recibe. Ellos también
tienen un mundo emocional. Se estresan o entristecen, por lo que, además de
velar por su salud física, hay que hacerlo también por su estado anímico.
El
perro es un animal muy social, que necesita convivir con sus dueños y otros
congéneres para ser feliz y estar equilibrado. Para el perro, su familia humana
equivale a la jauría que funciona con una determinada jerarquía.
Si el
can no puede interactuar con su grupo humano y sentirse integrado, lo más
probable es que surjan problemas de conducta, como los comportamientos
destructivos o compulsivos, entre otros. Es recomendable mantener una
comunicación adecuada con el perro como forma de prevenir problemas de conducta
y de preservar el bienestar psicológico del animal.
El
comportamiento de los dueños es fundamental para evitar problemas de conducta
en el animal, es decir, de ellos depende que el animal esté bien socializado y
educado. El período de socialización del cachorro (entre las 3 y las 12 semanas
de vida) es fundamental para que un perro sea equilibrado. "Es ese el momento en que el cachorro tiene que
aprender más cosas y acostumbrarse a nuevas situaciones, como controlar la
agresividad cuando muerde, convivir con otros animales o no tener miedo a los
ruidos". Una vez que se detectan trastornos de conducta en el perro, en el
80% de los casos se resuelven a través de cuatro terapias básicas:
1
. 1. Instaurar una jerarquía correcta en el entorno
familiar del perro. El animal debe ocupar el último escalafón de la jerarquía.
2
. 2. Ayudarle a desarrollar su
capacidad de autocontrol. Hay que poner límites al perro, como enseñarle a no
morder cuando es un cachorro.
3
. 3. Orientar al animal hacia la
tendencia de sentir apego por todo el grupo familiar y no solo por una persona.
4
. 4. Cuando el perro atraviesa una
depresión por un hecho puntual, como un abandono, ayudarle a explorar y
descubrir otras facetas en su vida diaria que le aporten una visión positiva.
En
cuanto a las patologías del comportamiento, las más habituales son:
1 -Las fobias o miedos a
situaciones concretas, como el ruido de los petardos.
2 -La ansiedad, provocada por una
fobia no superada, un trastorno relacionado con la capacidad de comunicación o
por incapacidad a adaptarse a situaciones nuevas.
3 -La depresión, que tiene su
origen en traumas, como la muerte de un ser querido, un abandono o el estrés.
Salud Psicológica del Can y tratamientos.
Un
correcto planteamiento de la educación y la jerarquía en casa y, sobre todo,
mucho cariño, amor y paciencia, son ingredientes fundamentales para que el
perro sea feliz y tenga un carácter equilibrado. Pero para conseguirlo, hay que
saber cómo es un perro: cuáles son sus necesidades, cómo se siente feliz y cómo
conseguir su bienestar y salud. Una vez que surge el problema y se necesita
ayuda profesional, "en muchos casos, con una sesión y con implicación de
los dueños puede solventarse el problema".
Pero en otro % no es tan fácil debido a “la falta de compromiso de
algunos dueños para trabajar y realizar las tareas que se le asignan en la
terapia con el perro”.
Puede darse
el caso de que el perro esté bien educado, pero que ante determinadas
circunstancias reaccione de manera inadecuada e inusual y los dueños no sepan
cómo abordar el problema. Entonces es recomendable solicitar ayuda profesional.
Se
puede comenzar por la consulta del veterinario para que nos aconseje, porque no
hay que dejar de dar importancia a un cambio que afecta de manera negativa a la
convivencia de la familia con el perro. Cuando el animal tiene problemas
psicológicos, sufre cambios notables en su comportamiento como: inapetencia,
conductas destructivas o hacer movimientos repetitivos. Frente a estos síntomas
hay que acudir cuanto antes al veterinario.
Salud psicológica del perro y conductas
compulsivas
Las
conductas compulsivas en el perro suelen ser fruto de traumas vividos y, en
ocasiones, necesitan tratamiento farmacológico. Hay varios tipos de conductas
compulsivas: las que afectan a la movilidad, como dar vueltas sobre sí mismo,
perseguirse la cola, movimientos repetitivos de un lado a otro, perseguir
reflejos de luz, quedarse inmóvil, alejarse de manera repentina o temblores de
piel.
Otro
tipo de conductas compulsivas son las relacionadas con la boca, es decir,
morderse las patas, lamerse o rascarse de manera compulsiva, masticar ropa o
comer sustancias inapropiadas e inusuales, como el yeso de las paredes. Hay
casos en que el perro muestra sus problemas de conducta con autoagresiones:
puede atacar objetos, personas o mutilarse la cola.
Otras
conductas compulsivas pueden expresarse a través de ladridos o aullidos
continuos. Las conductas compulsivas se consideran una consecuencia del estrés
o la frustración. Se han detectado más casos de conductas compulsivas en
determinadas razas, entre ellas las de gran tamaño.
El
tratamiento de la conducta compulsiva pasa por detectar la causa que la
desencadena, intentar disminuir el estrés, evitar castigos por parte de los
dueños, fomentar la actividad física y, en algunos casos, el tratamiento
farmacológico que prescribirá el veterinario, en caso de que lo considere
necesario.
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